Los Carnavales han terminado pero me han dejado la alegría que hace algún tiempo andaba necesitando
porque por fin volvió la Maria de siempre, esa que no le importa reír, saltar, cantar y gritar más fuerte que nadie.
Pero hoy he vuelto a caer en el mundo real donde tengo que seguir esa rutina que últimamente tanto odio.
¡qué viva el CARNAVAL!