Cuando era una mocosa ya me pasaba los días dibujando, luego entré en primaria y todo el mundo se apuntaba a actividades extraescolares, yo decidí que quería ser bailarina y empecé con ballet pero me desapunté al poco tiempo porque me aburría. Unos años después empezó OT y como supongo que todas los niños en aquella época me dio por ser cantante, y en realidad ahora mismo también me encantaría dedicarme a eso sino fuera por mi poca habilidad a la hora de entonar cualquier nota. Más tarde, sintiéndome triste con mi fracaso en el mundo de la música, empecé unas clases de pintura que tuve que dejar a los dos años porque no me cuadraba con el horario, aunque yo por esa época estaba convencida que llegaría a ser el Dalí del siglo XXI. Así que volví al baile, esta vez a hip-hop y danza moderna pero tampoco era algo que me apasionara. Empezó un nuevo año y en mi colegio pusieron clases de teatro así que tome la decisión de ser actriz, me apunté pero después de ver que en todas las obras el personaje que me daban solo tenía dos frases empecé a pensar que tal vez no lo hacía tan bien como creía. También tuve una época en la que quise ser escritora pero no se me daba muy bien eso de escribir, por lo tanto decidí que mejor era dedicarse a dibujar cómics o a los dibujos animados, así que yo ya me veía como el ídolo de todos los niños de país. Pero cuando entré en el instituto me di cuenta que era lo que realmente me apasionaba en la vida junto con dibujar, y aunque suene muy superficial es la verdad; cuando me levantaba, abría el armario y decidía la ropa que ponerme para de alguna manera destacar, hacerme especial y distinto del resto era lo que más me gustaba del día, entonces llegue a la conclusión que quería ser diseñadora de moda, aunque en realidad no sabía nada de este mundo yo solo quería hacer sentir a los demás igual que como yo me sentía cuando iba con un conjunto perfecto (para mi gusto de entonces). Con el tiempo he ido madurando y aunque tengo una visión de este mundo distinta a la de antes sigue apasionándome y haciéndome sentir la misma sensación de felicidad.
Aunque pueda parecer que viva en una nube sé que el mundo real es muy duro y más en una profesión como esta en la que muy pocos triunfan y que si no tienes el don te mueres de hambre. Puede que acabe trabajando encerrada todo el día en un despacho o sirviendo hamburguesas en el McDonald’s pero supongo que tendré la conciencia tranquila mientras haga todo lo que este en mis manos para poder hacerlo realidad, así que por ahora me voy a esforzar al máximo para poder cumplir mi sueño y no poder arrepentirme de nada. =)