Para mi los dibujos animados son como el helado de chocolate en una tarde de verano, me encantan, si por alguna razón no pudiera ser diseñadora de moda me dedicaría a hacer dibujos animados. Haría cosas que enloquecieran a todos los niños y solo algunos adultos lo pudieran entender, sería tan divertido. Phineas y Ferb, Bob Esponja, Flapjack, Los padrinos mágicos, Los Rugrats, La banda del patio, Angela Anaconda son solo algunos de mis favoritos. Una de las películas de animación que más me ha gustado desde que era pequeña es Toy Story, la culpable de que me portara con mis juguetes mejor que con mis hermanos y de que tratara de pillarlos hablando entre ellos continuamente. Ayer fui al cine a ver la tercera parte y simplemente fue increíble, si las segundas partes nunca fueron buenas, las terceras tendrían que ser aun peores pero Toy Story es la excepción que confirma la regla. Salí del cine con una terrible snesación de tristeza por haber dejado que mi madre tirara a mi muñeca favorita, vale, se le había caído un ojo y siempre estaba despeinada y sucia pero era mi muñeca, con la que esperaba que mi hermana pequeña y mis hijos jugaran algún día. Entonces me dio por pensar en todos los juguetes que han formado parte de mi vida y acordarme de aquella época en la que me levantaba a las siete de la mañana y no dejaba de jugar hasta las doce de la noche. Mis hermanos y yo nos disfrazábamos, cogíamos los muñecos de plástico o los pitufos o las bratzs o la cocinita o lo que fuéra, nuestra lista de juegos era interminable, no nos hacía falta más que nuestra imaginación para divertirnos.
Siempre he creído que el día que sea una adulta sabré que ha pasado porque dejaré de pasármelo bien viendo dibujos animados y de tener ganas de entrar en las jugueterías y comprarme todos los juguetes que hay en la tienda, pero sinceramente espero que eso nunca pase. Los niños son super guays. Sus libros son super guays, sus canciones son super guays, su comida es super guay, sus mochilas son super guays, sus cuentos son super guays, sus juguetes son super guays, sus dibujos son super guays y eso es lo más guay de todo, no hay ni un niño en el mundo que dibuje mal, todos los dibujos que hacen son geniales, ojalá algún día pueda dibujar como ellos. De mayor quiero ser pequeña.
2 comentarios:
En definitiva...
nuestra familia es super guay! :)
yo tambien de mayor quiero ser pequeña;)
y, dios, Angela Anaconda era estupenda. con ese vestido naranja!
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