No había mejor regalo posible para los 18: Marta, mi madre y yo paseando por una de las ciudades más creativas del mundo, Londres.
Mirases donde mirases siempre había algún rincón que inspiraba arte. Una ciudad invadida por modernas que me ha hecho eliminar ese sentimiento de bicho raro que me habían creado hace un tiempo. Ser diferente no es un problema allí.
Algún día me casare con Londres, será una relación orgásmica, depravada y sin sentido, tendremos millones de hijos llamados Arte.
Mirases donde mirases siempre había algún rincón que inspiraba arte. Una ciudad invadida por modernas que me ha hecho eliminar ese sentimiento de bicho raro que me habían creado hace un tiempo. Ser diferente no es un problema allí.
Algún día me casare con Londres, será una relación orgásmica, depravada y sin sentido, tendremos millones de hijos llamados Arte.
El monstruo de la edad no me va a comer. Lástimablemente sigo siendo esa niña de tres años con ropa de vieja.
4 comentarios:
me sentí igual cuando estuve, y me encanta volver cada poco.
te sigo!
Comprate una casa rapido alli, que voy a ir a verte cad fin de semana.
Y me gusta que tengas tres años, los bebes son adorables!
Bueno bueno bueno... ya somos dos las enamoradas de Londres... ¡cómo te entiendo! jaja
Yo he ido dos veces, y desde la primera decidí que de mayor quiero tener un pisito (y ya que estamos mi trabajo) por alguna de sus calles, preferiblemente en el Soho ^^
Que be ens ho vem passar... cada dia... a totes hores... i que be que va ser amb tu i la mama!!
t'estimo poppins!
Publicar un comentario